El cartílago articular es un tejido vivo y altamente especializado formado por una red de fibras de colágeno tipo II y proteoglucanos, contiene células llamadas condrocitos, carece de nervios, vasos sanguíneos y linfáticos.
Reduce la fricción, transfiere y distribuye las fuerzas o cargas en distintas posiciones de la rodilla y ofrece una superficie articular lubricada, que permite que los huesos se deslicen y giren uno sobre otro sin apenas notarlo, es decir, el movimiento de la rodilla sin dolor.
El cartílago es un tejido duradero y resistente, sometido a un promedio de 10 millones de ciclos de carga articular por año. A simple vista es de color blanco, brillante y firme. Se nutre del líquido sinovial, por un mecanismo de difusión.
Por lo general, se presenta en pacientes a partir de los 50 – 55 años. Sin embargo, puede aparecer antes si se tienen otros factores de riesgo.
El cartílago sufre un proceso degenerativo o envejecimiento.
La rodilla es la primera articulación en afectarse, al ser la articulación mas grande del cuerpo humano.
Los factores de riesgo pueden ser:
Por su naturaleza, el cartílago tiene muy poca nutrición o aporte de vasos sanguíneos, haciendo imposible su reparación.
El cartílago es un tejido de baja densidad celular, solamente un 3-10% de su volumen está ocupado por condrocitos, lo que dificulta su auto-reparación o regeneración.
El tratamiento puede ser conservador y consiste en modificar estilo de vida:
Si los resultados no son favorables se puede escalar el tratamiento a corrección quirúrgica mediante artroscopia de lesiones meniscales o ligamentos, tratamiento de lesiones en el cartílago susceptibles a reparación mediante condroplastia.
Y por último la cirugía de reemplazo articular, la prótesis de rodilla, sustituye el cartílago desgastado por implantes protésicos que permiten la disminución del dolor en un 90-95%, mejorando la calidad de vida y la funcionalidad del paciente, al mismo tiempo se alinea la rodilla corrigiendo deformidades propias del desgaste articular.
El proceso postoperatorio de una operación de desgaste del cartílago en la rodilla puede variar según la gravedad de la lesión y el tipo de procedimiento realizado. Sin embargo, en general, se pueden esperar los siguientes aspectos en el proceso de recuperación:
Reposo y protección: Después de la cirugía, es importante dar tiempo para que la rodilla se recupere adecuadamente. Se puede recomendar el uso de muletas o un aparato ortopédico para ayudar a reducir el peso y la presión sobre la rodilla durante un período determinado.
Terapia física: La fisioterapia desempeña un papel crucial en la rehabilitación de la rodilla después de la cirugía. Se pueden prescribir ejercicios específicos para fortalecer los músculos que rodean la articulación de la rodilla y mejorar la movilidad y estabilidad.
Medicación y manejo del dolor: Es posible que se receten medicamentos para controlar el dolor y reducir la inflamación en el período postoperatorio. Es importante seguir las instrucciones médicas y tomar los medicamentos según lo prescrito.
Seguimiento médico: Se programarán citas de seguimiento con el cirujano ortopédico para monitorear el progreso de la recuperación y realizar los ajustes necesarios en el tratamiento. Durante estas visitas, se pueden realizar radiografías u otros estudios de imagen para evaluar la condición de la rodilla.
Estilo de vida y cuidados en el hogar: Se pueden proporcionar pautas específicas sobre la forma de cuidar la rodilla en el hogar, como evitar actividades intensas, seguir una dieta saludable para promover la cicatrización y mantener una buena higiene personal para prevenir infecciones.
Es importante tener en cuenta que cada caso es único y el proceso postoperatorio puede variar. Por lo tanto, es fundamental seguir las indicaciones y recomendaciones del equipo médico para lograr una recuperación exitosa.